ENAMORARNOS DE NUESTRO REFLEJO ENDEMONIADO
Michel Azar Paz

Levantarte y observarte al espejO. ¡Maldita imagen que duele! Observarnos derrotadoS y humanoS; observarnos frustradoS e incompletoS. Duele, como duele vernos Reales al espejO; observar esa constante insatisfaccióN que nos cubre, esa imageN ideaL que nunca se manifiestA. Vernos sin velos implica un piquete en nuestra ilusoriA realidaD, pues siempre nos ponemos máscaraS cuando nos visualizamos a nosotros mismos. Siempre nos ocultamos nuestros temoreS y nuestros miedoS. Siempre nos refugiamos en nuestros “no he podido” y en nuestros “aún me duele”. Siempre huïmos de lo que nos revela nuestro espejO.
Iluminarnos implica convertirnos en Seres de Luz; pero el camino implica observar nuestras manchaS negraS que cubren nuestros cuerpoS y los pudren diariamente. El cuerpo es Inmortal; pero necesitamos limpiarlo de la muertE con la cual hemos contaminadO sus raices. Por eso se pudre nuestro Árbol de la Vida Sagrado, y se pudre también junto a nosotros. Iluminarnos implica primero ser Conscientes de que no podemos brillar por el momento, pues algo hay adentro nuestro que nos bloquea nuestra Verdadera Esencia. Iluminarnos implica aceptar que somos AhorA estrellas manchadaS, espejoS que necesitan ser Limpiados para observar nuestra Verdadera Identidad.
Siempre caemos en la ignoranciA de pensar que estamos Despiertos, hasta que la falsA realidaD se rompe y despertamos sudados en la cama; entonces surge este miedO de Pensar que aún estamos dormidoS, y observamos lo que pasa AhorA con ojos de dudA y confusióN. Una vez que uno se observa con lupa y detenimiento… Ya no hay vuelta atrás al mundO de la falsA felicidaD. Si uno se llega a observar los demonioS dentro de sí, no le queda de otra más que iniciar el camino hacia la Trascendencia, el gran camino hacia la Purificación y la Rectificación. Inicia sin alternativa alguna su largo camino el Valiente guerrero; inicia de ese modo la larga batalla por el control de su cuerpO y de su Voluntad, pues se ha dado cuenta que todo este tiempO “Pasado” había estado dormidO. Como dIOs que estuvo durmiendo por milenios en una Metáfora que no se había comprendido aún. El dIOs que permanecía dormidO entre tinta negrA oxidadA de un papiro, el cual estaba apunto de desintegraRse por la erosión y el olvidO, despierta por fin de su largo sueñO y se libera del olvidO. El dIOs es leído por su YO débiL y humanO. El Ser subjetivO y limitadO se acuerda que es un Ser Objetivo e Ilimitado. El humanO se hace consciente de que él es dIOs, y no le queda mayor remedio que afrontar el duro camino de la reintegración de las dos ilusoriaS partes dualizadas.
Así somos nosotros en nuestra nublezA: nos quedamos siempre observando nuestro espejO fracturado; siempre deseando la muertE; siempre deseando cosas que nos matan; siempre deseando cosas que no nos nutren, pero que si nos pudren el aLMa; siempre deseando cosas lejanas que cuando se acercan las aborrecemos, pues no nos llenan el Vacío Existencial. Entonces, llega irremediablemente esta corriente de desesperanzA al darnos cuenta que no tenemos Idea de como curarnos… Y luego nos damos cuenta de que somos dIOSEs. ¿Y eso de qué sirve?, podéis preguntarse, pues la Consciencia de que uNo es la UnidaD no nos quita las lagañas ni los malestares. Es Verdad, es por ese motivo que hay que trabajar duro todos los días para reconciliar nuestras partes fracturaS.
El Iniciado se hace Consciente de que es eso, un Iniciado, de que apenas y empiezA su largO camino por la Vida. El Iniciado se da cuenta de que apenas iniciA el camino hacia la Plenitud, pues había estado aborrecido por las falsaS emocioneS de felicidaD, las cuales son ilusoriaS y efímeraS. Entran sin cesar las ganas de escapaR, de volver al Pasado; aquel Pasado donde no se tenía Consciencia de la ignornanciA ni de la desdichA. Nace así la nostalgiA hacia la ignoranciA, y eso le vuelve locO a más de uNo. Cuántos no se llegaron a suicidar cuando se dieron cuenta de que todo su mundO era una falaciA. Cuántos no se entregaron al alcohol para borrar la Consciencia de los demonioS que guardamos dentro de nosotros. Cuántos no se perdieron en la locurA…
Buscamos por Aquí, buscamos por allÁ; mas nunca hayamos Salida alguna que sea realmente fácil para lograr Encararnos y Dominarnos. Preguntamos sigilosamente a los que están a nuestro alrededor por Respuestas; pero son pocos los verdaderos Iniciados en el camino de la Verdad y el Amor. Incluso aquellos que se hacen llamar maestros no dan más que confusióN para aquel que ha escuchado el llamado de su aLMa, pues se encuentra aquel Ser Maravilloso con que sus respuestas son más Veraces que las de los supuestos maestros. Hacemos preguntas aquí y allá buscando respuestas simples; pero a veces son las rocas y los árboles quienes contestan mejor las preguntas que los humanoS. Unos dan unas Respuestas que aparentan Bondad; y sin embargo, están embarradas de odiO y de separacióN. Otros son más Prudentes y dan aún más preguntaS, tan sólo para recordarnos que aún no somos capaces de responder las cosas más Sencillas, un pequeño clavo que nos marca el durO y largO recorrido que nos queda. Pero es cierto que nadiE nos da nuestras Verdades, pues lo que es fríO para uNOs es Caliente sin dudA para otros, y el inviernO en el hemisferio Norte es Verano para el del hemisferio suR. Yo diría que nO existen ni el inviernO ni el Verano objetivos, pues la Verdad es UnA sola y trasciende Siempre los matices. Nuestras Respuestas son eso: NUESTRAS RESPUESTAS.
Entonces el Iniciado no le queda otra opción además de poder recurrir de nuevo al espejo de obsidiana, al Tezcatlipoca de nuestros Corazones. Él tiene nuestras preguntas bien marcadas para nosotros mismos, hechas a la Justa medida para que las trabajemos en la jornada y en nuestros caminos encarnadoS. Tan sólo el espejO nos revela nuestras Respuestas; aunque he de declarar que es un poco tímido y desconfiado. Necesita de nuestra Paciencia y nuestro Esfuerzo para mostrarse Verdadero ante nosotros. Una vez perdemos el miedo a percibir nuestros demonioS internos podemos observar que no es tan malA la situación como la pensábamos. Y si no tuvieramos demonioS, ¿en qué cosas nos entretendríamos los Ángeles en estas tierras desérticas?
Una vez observamos al enemigO, una ves observamos a nuestra aLMa presa de la mentE perversa que tanto nos atormenta, aquella cárceL que nos aprisona con Pensamientos compulsivos, con miedoS absurdoS, con Pensamientos tristeS, con Pensamientos soberbioS, con Pensamientos suicidaS, con Palabras que nos inducen al viciO y a la perdicióN…
Una vez con que observemos a nuestra aLMa arrinconada en un rincón de nuestro Ser; una vez con que nos demos cuenta de que no somos Libres; una vez de que nos demos cuenta de nuestra Realidad: somos presoS de las emocioneS que van de Arriba a abajO, de izquierdA a Derecha, impulsos que juegan con nosotros como una liga que se estira y se regresa de forma caóticA… una vez con observemos que no somos dueños de nosotros, nos rompemos por fin nuestros disfraceS hipócritaS de payasos. Sí, nos rompemos, nos echamos a la locurA e intentamos alinear de nuevo nuestras realidadeS, aunque ahora torcidaS, aunque ahora desparramadaS, sin ser capaces nosotros de alinearse con Coherencia en una Realidad Correcta. Vaya, nos caemos al Vacío que yace en nuestro interior, y pocos somos los que nos levantamos de ahÍ. nO importa eso, pues los Iniciados hemos decidido emprender el recorrido de la Vida y sonreímos más bien al aparente infortuniO.
En el Vacío rompemos con el tiempO y el espaciO, tan sólo quedamos nosotros y nuestra voluntad de volver Triunfantes del coliseo. Muere esa dudA de caer en el olvidO y la muertE. En el Vacío observamos a nuestros demonioS como son en la Realidad: reflejoS de nostros mismos y no de nadie más. En el vacío comprendemos que estamos infestados de un Ser larváticO que ha tomado control de nuestro cuerpO, un Ser que se alimenta de nuestra miseriA y de nuestra desgraciA. ¿Que bello no? Claro, pues eso nos indica que hay algo que hacer. Nuestras barreras nos dan un Propósito para nuestras Vidas aún incompletaS. Ya llegará el momento en que estemos de nuevo totalmente Despiertos, y ese momento por Fortuna está en el Aquí y AhorA, pues TodO está en tiempO PresentE Eternamente. En este mismo instante están nuestros YOs Infinitos que han alcanzado la Iluminación. Somos como el personaje principal de un Cuento de caballeros. Siempre Triunfantes al Final; pero en las líneas iNTERMEDIAs desconocemos nuestras Conclusiones Victoriosas en nuestras propias Novelas . Desconocemos que Siempre ganamos el juego y que Siempre nos coronamos como Héroes.
Una vez nos damos cuenta de eso, nos hacemos Amigos de nuestro demonioS, de nuestros enemigoS Intachables. Sonreímos por estar aún Vivos, pues nosotros hemos elegido venir a este infiernO que es el mundO modernO. Nosotros hemos elegido bajar de nuestras Iluminaciones para hacernos carnE. Somos el Verbo hecho carnE. Somos el dIOs hecho humanO. Somos el LOCO que bajó de la Perfección a la imperfeccióN. Volvemos de lo que ustedes profanoS llaman locurA, aquella Palabra que significa perder el control de la mentE, y nos hacemos mejor UnO con la Verdadera Locura de la UnidaD: haberse creado la ilusióN de que está separadA y de que sufre. Entonces reímos por ser el LOCO, por ser los Sabios Conscientes de su ignoranciA en estos planos macabroS, mas también Conscientes de nuestra comprensión en los planos Atemporales y Eternos.
Agradecemos a nuestros demonioS y nos reímos con ellos, pues no hay nadie más que nosotros en el espejO. Nos enamoramos de nuestro reflejO en la obsidiana, aquella piedra obscurA que utilizan los Entendidos para ver el brillo del Padre Sol. Nos enamoramos de nuestra aparente debilidaD y sentimos la Mística Verdadera: comprensión de que somos tanto el personaje literariO como el Escritor de nuestras Autobiografías. Somo la Real literaturA. Dejemos de perder el tiempo aborrecidos por la fantasíA de la ficcióN, pues no hay nada que no sea Real para el que se adentra en la Verdadera Realidad, aquella que abarca la Verdad y la mentirA al mismo tiempo, el Bien y el maL, el yiN y el Yang. Somos la Real literaturA, para que entiendan, tremenda Locura del genio que somos nosotros mismos, aquel genio que escribió esta tragicomediA Interminable. Somos la Real literaturA, y el Iniciado es el personaje que se adentra en Sí mismo hasta que sus Palabras de tinta negra y oxidada se vuelven la Pluma Sagrada que escribe su propia Historia. ¿Quién sería el Héroe sin el villanO? Pues nadie, el Héroe sólo puede ser si se define salvando a alguien de un villanO. Es por esto que nos hemos inventado villanoS, y castillos, y princesas que rescatar.
Somos el DioS que se aburrió y se escribió como Mesias de un pueblo desoladO, y le puso dramA a su propia Historia y se crucificó a sí mismo. Aquel escritor maestro que se inventó el sufrimiento y a Judea; y se inventó a los discípulos, y a Poncio Pilato, y a los romanos, y… vaya, que también se inventó a los lectores que leyeron la mítica historia del Mesias crucificado. Merece por lo menos el mejor de nuestros aplausos. Y nO lo es Todo, pues también se inventó a este LOCO que soy yo y que les cuenta estas Locuras. Entonces me miro al espejO y sonrío, observo mi cruZ y me dislumbro en mis propias carcajadas. Me enamoro entonces de mí mismo para Siempre y por Siempre: yo soy el LOCO siendo Consciente de Sí mismo. Y me echo a caminar las calles admirando a los árboles, y a los pájaros, y a la brisa que me envuelve y me dice que me ama. “Yo soy el LOCO, y yo soy todas las cosas que percibo”, me digo en mis adentros y me explota la Plenitud de ser Consciente de quién soy. Soy las hojas de los árboles que danzan con la brisa del Viento. Soy los pajarillos que cantan dulces melodias. Soy el Ser que percibe toda su cOSMOVISIÓn. Soy el Escritor que escribe estas líneas, y también soy tú, lector, que las lee confundido o llorando de Plenitud. Soy asímismo este Final azarianO, Paciano y MichelianO que da comienzO a tu reflexión Interminable…

Michel Azar
Escritor permanente en El Revólver. Revista Literaria.
Nota del editor: el texto se publicó respetando las reglas de orografía propias del autor.
El texto y la fotografía son de su propia autoría.