VISIONES DE UNA MUJER QUE AMÉ Y AÚN AMO
Michel Azar Paz
Yazgo recostado entre mi mentE inquieta, perdido en pensamientos en una nube grisácea de la cual no puedo hablar mucho, pues siempre que regreso a mi Consciencia soy incapaz de recordar lo que hablaba o veía. Es una especie de estado de trance o ensoñación de la cual soy preso, y de la cual apenas y empiezo a tomar consciencia de ella. A veces observo objetos normales de forma astral, no sé cómo describirlo de otra forma. Un día observé un jarrón de barro aparecer en mi visón con los ojos cerrados, otro día observé el rostro de Donald Trump de forma reptiliana. He visto a romanos, columnas y he sido consciente de hasta mini-sueños de pocos segundos que atacan mi aLMa. Este tipo de visiones no tienen gran conocimientO, parecen ser más bien imágenes sintonizadas en mi mentE para apartarme de la quietud, o tal vez hay algo más de fondo que aún no entiendo.
Hay otras veces, sin embargo, en que observo cosas más trascendentales que esas. Estando con ishtaR, una de las encarnaciones de mi amada, una vez tuve una visión interesante. Después de darnos amoR me recosté junto a ellA. Le pedí a mi subconscienciA que me mostrara el mundo astral, pues la noche anterior ishtaR había logrado entrar en un estado de trance donde pudo flotar en el maR de Mazatlán, siendo que nosotros estábamos recostados a algunos 200-300 metros de éste. Imagínese la Escena, amable lector, donde llevo ya contándole a ishtaR del mundo astral por varios días, siendo que yo nunca he entrado voluntariamente a él y nunca he tenido la dicha de proyectarme astralmente, es decir, de “salirme de mi cuerpo material y ser capaz de observarlo recostado en mi cama”. Siempre que he medito o que he tomado enteógenos pido, casi ruego, para poder proyectarme astralmente; pero nunca consigo lograr tener la experiencia tan famosa de salirme de mi cuerpo y verlo recostado. La primera noche que llegamos a Mazatlán le platiqué por un buen rato acerca de como mis diferentes amistades, familiares e incluso parejas han podido proyectarse astralmente. “No lo he conseguido yo como tal; pero creo que es posible y que lo lograré pronto”, le habré dicho yo con otras palabras que no me acuerdo y con una voz más sexy de la que usted usa para leer mis líneas. El día siguiente ishtaR me cuenta que logró estar en el maR y en la playa de forma astral. “Ves, es como una maldición, todas las personas a mi alrededor pueden lograrlo menos yo”, de nuevo le dije con otras palabras ya olvidadas por mi rota memoria. Entonces nos dimos amoR, como ya les había relatado, y le pedí a mi subconscienciA que me llevara a ese plano tan anhelado por mí, especialmente le pedí me llevara al maR y pudiera tener la misma experiencia que me relató ishtaR. Cerré mis ojos y visualicé un punto de color astral que suelo observar para poder concentrarme, mi mandäla personal. Esta vez observé como se convirtió en una cruz, e inmediatamente me llevó hacia el cielo, en donde pude observar por unos escasos segundos montañas y nubes. Esta experiencia no se acercó para nada a mi objetivo, pues ni siquiera pude disfrutar el observar el panorama y no pude regresar para observar mi cuerpO acostado. No importa, ni siquiera pensaba hablarles de ese tema el día de hoy, pues he tenido hace unos días una experiencia más vivida y concisa. Cuando les dije al principio de este texto que estaba acostado y perdido entre mis pensamientos me refería a ese momento, y como el tema de la visión me parece poética cambiaré mi tono de escribir por uno más bello y romántico:
“Yacía acostado en mi costado izquierdo…”; perdón se me metió la rima inapropiada y cacofónica, va de nuevo pero ahora sí sin interrupciones: “Yacía recostado de mi lado izquierdo, perdido en la tristezA y añorando a mi amadA, la cual ha tomado la forma especialmente de lilitH en estos días, un amoR mío que hace meses no he visto, por causas literarias ajenas a su comprensión. Supongo estaba en alguna especie de trance de pensamiento o meditativo, pues me pareció bastante repentina la Escena que apareció ante mi visión. Estaba yo recostado en la cama de lilitH, y observaba por la puerta abierta como ellA caminaba en el pasillo del departamento mientras se cepillaba el pelo y se lavaba los dientes. No puedo decir con certeza cuando viví esa Escena, o siquiera puedo afirmar si no fue mi Fantasía la que me creó aquel recuerdo. Si la viví habrá sido probablemente la segunda vez que me quedé a dormir con ellA en su cuarto, pues cuando observé la Escena que les cuento sentí una fuerte conexión con mis sentimientos entorno a lilitH en esos momentos. Aquellos primeros días de enamoramiento en los cuales contemplaba sin exhausto la gran ternura de su Personaje y de su formA. Menudo golpe de amoR me azotó de inmediato, recordé porque la amo y el porqué le dije que la amaría para siempre, sin importar donde estuviera ellA o yo. Hay una conexión en nuestras aLMAs difícil de explicar para los mortales, pues están ten cegados por las emocioneS ilusorias de su mentE que son incapaces de escuchar a su Corazón, pues el amoR que siento por ellA es independiente de el contexto, o de sí estoy enamorado de otras personas o no. Simplemente es un reconocimiento de que nuestras aLMAs se han conectado en un punto del Espacio-tiempO, un extracto de su Infinitud el cual es Eterno y siempre yacerá en con mi aLMa Atemporal, con la Idea de mi verdadera Esencia, la cual trasciende todas mis encarnaciones y yace en su estado Perfecto. La observé caminando tan cotidianamente; pero juro haber sentido un amoR increíble por ellA en esa Escena.

Michel Azar
Escritor permanente en El Revólver. Revista Literaria.
Nota del editor: el texto se publicó respetando las reglas de orografía propias del autor.
El texto y la fotografía son de su propia autoría.